3.29.2005

Tristes guerras

“Tristes guerras
si no es amor la empresa,
tristes, tristes.
Tristes armas
si no son palabras,
tristes, tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores,
tristes, tristes”.
Miguel Hernández.


Todo parece comenzar aquella soleada, aunque triste tarde, del 19 de marzo de 2003. Esa tarde comenzaba el cielo a llorar fuego sobre las calles de Bagdad, y la hermosa Sherezade hubo de refugiarse de los B-52 que vomitaban toneladas de pólvora sobre la ciudad de las mil y una noches. Esa noche no le pudo contar el último cuento al sultán...
Aquella tarde conocí a tres de las mejores personas que conozco (tengo que reconocer que me acuerdo más por la efeméride de la guerra), a los tres a la vez. Sin duda aquella tarde cambió todas las tardes de mi vida. Los conocí aquel día, y desde entonces parece que cada día que nos vemos los conozco un poco más. Enjoy, Husky y Xi estaban en primero, yo, por mi parte seguía inmerso en segundo. Llegaban tarde, y yo no sabía lo que estaba haciendo, en ese momento no sabía si echar a correr hacia delante, o volver sobre mis pasos para desaparecer permanentemente; por suerte me quedé en donde estaba, viendo un recargado escaparate de una tienda informática; la peregrina me indicó entonces que eran las 17.30 y ya pasaba media hora de la hora prevista... Pero a lo lejos aparecieron, llegaban tarde porque se habían puesto a limpiar (excusas)... Enjoy (un terremoto), Husky (un tornado) y Xi (la calma)... pues bien, aquella tarde (y aquella noche) la pasamos de juerga juntos... (no os preocupéis, sobre este pasaje de mi vida haré un post).
Sin embargo, esa tarde lloraba todo un país, por la mala suerte de haber sido gobernados por un sanguinario capaz de imponer un orden en una sociedad fragmentada, no solo por el contraste entre ricos y pobres, sino también por cuestiones religiosas y étnicas. Aquella tarde se nos aseguró que el mundo sería mejor, que se establecería un nuevo orden mundial caracterizado por la paz y la concordia, y donde no cabría el terror y el rencor.
Hoy, esta tarde, el mundo no es mejor desde la ventana de mi habitación. No había armas de destrucción masiva, todo era una fantasía de la CIA, no había conexiones con Al-Qaeda, y lo que era una lucha contra el terrorismo, llevó este problema a donde antes no lo había.
En Madrid, unos fanáticos decidieron romper los sueños de muchas personas, que esa mañana descansaban en un tren de cercanías. En Madrid unos fanáticos aseguraron que habían sido los vascos (malos), aseguraron que los rojos iban a romper España y que lo mejor era no moverse, pero a un año de eso, ¿a que no se está tan mal en la oposición?
Siguen muriendo niños en África porque el gobierno de los países ricos (nuestros gobiernos) necesita explotar a estos países. Siguen las matanzas en el campo de refugiados de Darfur, a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas, y sin embargo nadie plantea bombardear el país para devolverlo a la buena senda humana.
Todavía mueren mujeres a manos de no se sabe quien en Ciudad Juárez, siguen muriendo niños a manos de los escuadrones de la muerte. Las empresas madereras siguen matando a indígenas en las selvas para poder apropiarse de una madera que no les pertenece ni a ellas ni a los gobiernos. Las guerras civiles en África se siguen subvencionando con la venta de diamantes y en Europa aún sigue habiendo regímenes autoritarios represivos, y es que la democracia es democracia porque creemos que es democracia y que es buena y justa, pero depende para quien... En el sudeste asiático un tsunami se llevó miles de vidas, muchas eran de turistas que pasaban allí sus vacaciones de Navidad, y enseguida se armó una conferencia internacional para la reconstrucción (cosa que fue criticada por Naciones Unidas, porque han existido también muchas emergencias en otras partes del mundo y no se actuó con semejante rapidez), da la casualidad que lo destruido han sido los grandes complejos hoteleros y resorts occidentales, los cuales influían muy poco en las economías nacionales, es una pena.
El Líbano está al borde de una guerra civil, Israel sigue construyendo su particular locura, intentando poner un muro entre familias y vecinos. Irán sigue con su proyecto de enriquecer uranio y la monarquía saudí libera a un científico de ser azotado por decir que se deberían usar telescopios para determinar las fases del calendario lunar. Afganistán sigue pareciendo el mismo agujero en la tierra que era cuando fue invadido, y Pakistán e India siguen sometidos a su equilibrio de terror.
Hoy Estados Unidos se debate entre dejar que una persona en estado vegetativo, que lleva más de 15 años muerta en un cuerpo vivo, se muera o siga viviendo gracias a una máquina, como hasta ahora, en un centro de enfermos terminales, supongo que privado, porque lo público en ese país brilla por su ausencia... Unos dicen que es una aberración contra la vida, los otros dicen que no es vida, y en medio de esto un Estado que utiliza sus instituciones para acotar y cercar la vida privada de las personas y el poder de decisión de los jueces. Pues bien, más aberrante es aún que el país más evolucionado del mundo aún recoja en su ordenamiento la pena de muerte, ¿para que Terry Schiavo pudiera morir tendría que haber cometido una matanza en su lugar de trabajo?, así el gobierno que ahora es ultradefensor de la vida le proporcionaría una muerte digna e indolora mediante la silla eléctrica, la inyección letal... También es aberrante como al abrir una cuenta corriente en un banco, en lugar de obsequiarte con una freidora, te regalan un rifle semiatomático o una recortada. Esta semana un adolescente asesinó a sus abuelos y se fue con el arma en mano a matar a su instituto; si esto no es aberrante contra la vida que alguien me lo explique. Son las paradojas del sueño americano.
Este no es un mundo mejor, porque los problemas que lo aquejan no se solucionan con guerras, ni con bombardeos ni cañonazos. El mundo no necesita militares, necesita personas.
Así que ya sabes, no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. A lo que yo añado que hagas el bien siempre. Otro mundo es posible.

“Fue terrible aquel año,
de sequía y de miedo,
fue terrible aquel años,
recordarlo es bueno;
ganaron las derechas,
año amargo en política,
y los médicos no hallaron
vacuna para el sida.
Fue terrible aquel año,
morían niños en África,
y aquí mismo en mi calle mataban
a un mendigo sin patria,
a una infeliz prostituta,
a una esposa maltratada.
Terrible fue aquel año,
los Balcanes humeaban.
Fue terrible aquel año,
los días eran fríos
y cada vez más cortos,
los meses eran ríos.
Arrastrando abandono
el amor era olvido.
No hubo nubes, no hubo lluvia,
el otoño estaba prohibido.
Fue terrible aquel año,
celebraron convenciones
sobre la capa de ozono,
y rompieron los hombre
la moratoria en la caza
de lobos y ballenas.
Terrible fue aquel año,
corría la sangre en Chechenia.
Fue terrible aquel año,
los días eran fríos
y cada vez más cortos,
los meses eran ríos.
Arrastrando abandono
el amor era olvido.
No hubo nubes, no hubo lluvia,
el otoño estaba prohibido.
Fue terrible aquel año,
de hambre, de guerra,
de ideas perseguidas,
de oraciones y miserias.
Fue terrible aquel año,
no consigo olvidarme.
Fue terrible aquel año,
en que tú...
tú me dejaste.”
Ismael Serrano.

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